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Teoría del caso: el eje central de una defensa penal efectiva

Foto del escritor: ConsejuridicoConsejuridico

Por Jonathan Guerra Bohórquez Especialista en Ciencias Penales y Criminológicas.



Al defender a nuestros clientes, los abogados debemos contar con un norte claro, así como una narrativa para llegar a las conclusiones adecuadas[1]. Esta narrativa conducirá al juez hacia una convicción desde el plano fáctico, jurídico y persuasivo[2]. Por esta razón, siempre debemos contar con una teoría del caso.


Una teoría del caso sólida debe cumplir con ciertos requisitos y abordar múltiples aspectos del proceso penal. En este texto resumiré algunos de los que conforme a mi experiencia considero como los más relevantes.

 

La preparación para el juicio oral

La teoría del caso debe estar diseñada pensando en un posible juicio oral, incluso si este escenario no llega a darse. Este enfoque permite al abogado prepararse para el contexto más exigente del proceso penal, garantizando que las bases de su estrategia sean sólidas y completas.

 

La relación entre la teoría del caso y las pruebas

Un interrogante frecuente es: ¿las pruebas determinan la teoría del caso o la teoría del caso define las pruebas a obtener? La respuesta no es simple. En primer lugar, el abogado debe valorar el testimonio de su cliente y en segundo lugar, debe realizar un análisis crítico de los medios de conocimiento disponibles. A partir de estos elementos, puede formularse una teoría del caso inicial.


Con esta teoría inicial o preliminar, el abogado debe trabajar para obtener medios de prueba que permitan corroborar las hipótesis planteadas. En caso de que dichas hipótesis sean desvirtuadas, será necesario reformularlas, ajustando la teoría del caso inicial. Sin embargo, es importante evitar cambios constantes de estrategia, ya que esto equivale a no tener una estrategia en absoluto.

 

Los requisitos de una teoría del caso sólida

 

  1. Claridad y coherencia: La teoría del caso debe ser clara, uniforme y libre de ambigüedades, indeterminaciones o contradicciones.

  2. Fundamentación probatoria: Debe apoyarse en medios de prueba que respalden las hipótesis planteadas.

  3. Adecuación a la teoría del delito: La estructura de la teoría del caso debe abordar todos los elementos de la conducta punible, abordando la tipicidad, antijuridicidad y culpabilidad, igualmente la autoría y participación, las causales de ausencia de responsabilidad y en general todo aquello relativo al delito.  

  4. Credibilidad y razonabilidad: La narrativa presentada al juez debe ser lógica y creíble, ya que solo así podrá ser persuadido para aceptar nuestra versión de los hechos. Esta versión de los hechos debe construirse de forma ética.  

  5. Autonomía narrativa: La teoría del caso debe ser capaz de comunicarse de manera implícita a través de la práctica de las pruebas, incluso en aquellos casos en los que se decida no exponerla directamente.[3]

 

Es importante destacar que no existe una obligación de revelar la teoría del caso. En algunas ocasiones, puede ser estratégico reservarla, permitiendo que esta se evidencie de manera implícita a través de la práctica de las pruebas. Y es que, en cualquier caso, una teoría del caso bien estructurada debe ser capaz de hablar por sí sola.

 


[1] ¿Cómo y para qué se elabora una teoría del caso? Yesid Reyes Alvarado. Universidad Externado de Colombia. 2020.  


[2] Para construir una teoría del caso persuasiva, es fundamental recurrir a criterios extrajurídicos. En este contexto, el abogado debe contar con herramientas interdisciplinarias, apoyándose en disciplinas como la psicología, la retórica, entre otras. Un ejemplo claro de esta interdisciplinariedad es la aplicación del primacy and recency effect al estructurar la teoría del caso y los alegatos, siendo esta solo una de las múltiples estrategias o herramientas a considerar. 


[3] Como la teoría del caso imita el ajedrez. Germán Pabón Gómez. Editorial Ibañez, 2021. 

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